¡Hola! Va pasando el tiempo de una manera tan veloz que ni lo siento... pero vuelvo a publicar.
Hoy, otra receta. Es lo que hemos comido hoy, y no estaba malo. ¡Al lío!
Necesitaremos, para dos personas:
- Medio costillar de cerdo.
- Dos patatas.
- Media cebolla maja.
- Miel.
-Coca-cola.
- Pimentón.
- Ajo en polvo.
- Pimienta negra en polvo.
- Sal.
- Hierbas provenzales.
Lo primero que tenemos que hacer es poner el horno a precalentar a 200ºC. Mientras se está calentando, pelamos y lavamos las patatas, y las cortamos en rodajitas. Además, cortamos la cebolla también en rodajitas, y lo ponemos todo en el fondo de un cacharro de cristal (echando sal en cada capa, que si no, queda una sosería tremenda).
Cuando ya tenemos eso, echamos sal a las costillas, por los dos lados, y las colocamos encima de las patatas.
Mezclamos en una taza (o vaso, o recipiente, da igual, donde pilléis) una cucharadita de miel, un chorro de coca-cola, ajo en polvo (empezará a salir espuma cuando lo echéis), pimentón, un poco de pimienta negra y un poquitirrinín de hierbas provenzales, y se lo echamos por encima a las costillas.
Ya solo queda meterlas en el horno. Cuando ha pasado una hora, he bajado la temperatura a 160ºC o así, y otra horita. Está rico, de verdad. Y tiene poco trabajo... es dejar que el horno lo haga todo. ¡Y aquí está la receta de supervivencia de hoy!
¡Hasta que nos leamos!
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