Hace un año, o así, hice estas piezas para un collar. Fimo verde, más fimo translúcido, más alambre de aluminio verde claro, más cordones en dos verdes. El planteamiento era sencillo, y tenía que quedar resultón.
¡ERROR!
Se me quemó toda la hornada. No sé si tengo foto de alguna de las piezas que se perdieron irremisiblemente, pero fue una hecatombe que dejó mi cocina llena de un humo acre que hacía llorar los ojos, picar gargantas y narices, y maldecir a quien tuviera la feliz idea de hacer hornos en los que la temperatura no se gradúa por grados.
De todas maneras, como soy una rácana de cuidado, lo monté... y ahí está. La idea no es del todo mala, así que si alguien la quiere aprovechar, que se sienta libre... eso sí, que tenga ojo con el horno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario