Tengo unas uñas que son una pesadilla. Son blandas, se doblan con facilidad, se parten a la mínima y, para más inri, se abren en capas. Aún así, y gracias a estarme pintándomelas de forma continua durante todo el verano, conseguí llegar a una longitud como ésta:
Va, sé que dan entre bastante y mucho asco, pero no tenía una foto en la que se apreciase mejor su longitud.
Total, que me he pasado todo el santo verano haciéndome chorraditas en mis uñas hiper-mega-largas y glamurosas. Como ésta (que es la única de la que hay fotos):
Es la que me hice para una ocasión especial... que salió mal, muy mal. Total, que hartéme de las uñas, y en un arrebato casi suicida me lié a podar hojas y decapitar mariquitas... hasta que quedaron, de nuevo, así:
Y ahora, ahora que tengo más de 40 esmaltes en casa, están aún más cortas. ¿Por qué se me irá la pinza de esta manera? A ver si recuperan su ser pronto... Y más con el endurecedor de Essence que me compré ayer (ni siquiera sabía que vendían esa marca en la tienda donde fui... debería curiosear más a menudo!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario