¡Bienvenidos!

En este blog encontraréis desde sonetos hasta recetas. No esperéis encontrar una lógica en el orden de publicación de las entradas, porque no existe: este espacio está pensado para mantener la cordura entre hora de estudio y hora de estudio. Procuraré mantener las categorías bien definidas, por si venís buscando algo en concreto; no puedo prometer nada más.

Espero que el vistazo se os haga agradable.

Inés.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Pechugas con Bechamel para glotenes vagos

¡¡Cuantísimo tiempo hacía que no subía ninguna receta!!

Veréis, este verano no he cocinado apenas. Y me alegro. Es una lata tener que hacer comidas toooodos los días para cuatro personas, cada una con sus gustos y sus aversiones particulares. Pero... he de decir que ésto, sentó bien; así que allá vamos.

Necesitaremos, para cuatro tragones:
- La pechuga entera de un pollo
- Harina
- Aceite de girasol
- Sal
- Pimienta
- Cebolla
- Algo de jamón en tiritas pequeñas
- Leche

Lo primerísimo de todo, cortaremos las pechugas en trocitos pequeños, lo justo para no tener que usar después el cuchillo, y las salaremos. Tras esto, las freiremos.


 Una vez las tengamos fritas, las retiraremos de la sartén y las dejaremos en un platito al lado, esperándonos.
Tras esto, cortaremos la cebolla en taquitos enanos, y la freiremos en la sartén con el fuego no demasiado fuerte, porque la cebolla es traicionera y tiene tendencia a chamuscarse y hacerte empezar desde el principio. Cuando esté transparente, añadiremos el jamón y le daremos un par de vueltas para que se fría muy poquito, que si no se queda demasiado crujiente. Luego, lo retiramos, y a otro platito (lo que mancho en la cocina, dios mío...)

Ahora llega lo "difícil". En la misma sartén, ya vacía, echamos una cucharada sopera de harina y un poco de aceite, y damos vueltas. Deberíamos añadir aceite hasta que quede una especie de plastilina espesota. ¿La putada? Estos pasos, que son los más difíciles, me exigieron demasiada concentración para hacer fotos... así que vamos, se me olvidó.

Cuando ya tengamos la plasta, añadimos un chorritín de leche, y removemos. Así hasta que sea homogéneo. Y volvemos a añadir leche. Y volvemos a remover. Y así sucesivamente, procurando que no nos queden grumos (unas varillas pueden venir de lujo), hasta que nos quede la consistencia de la bechamel que queramos. Yo no la hice muy espesa, porque era en plan salsa, no como soporte de nada. Si no queréis engordar mucho, echad mitad leche y mitad agua... pero está más rico con la leche.

Cuando ya la tengamos lo suficientemente líquida, añadimos la sal que sea necesaria y un poco de pimienta negra molida, damos un par de vueltas y añadimos la cebolla y el jamón que habíamos dejado apartados. Después añadimos los trocitos de pollo y... ¡voilà!


No sé si tiene muy buena pinta, pero no está malo. Y se trata de sobrevivir variando, ¿no? ¡Que os aproveche!

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