¡Bienvenidos!

En este blog encontraréis desde sonetos hasta recetas. No esperéis encontrar una lógica en el orden de publicación de las entradas, porque no existe: este espacio está pensado para mantener la cordura entre hora de estudio y hora de estudio. Procuraré mantener las categorías bien definidas, por si venís buscando algo en concreto; no puedo prometer nada más.

Espero que el vistazo se os haga agradable.

Inés.

martes, 6 de mayo de 2014

Pollo pseudo mejicano

Buenas, gente!
Ya sé que prometí escribir, pero cuando se pierde un hábito es complicadete recuperarlo. Aún así, me quería desquitar, y ¿cómo mejor que con una receta de supervivencia?

El pollo, las pechugas en particular, a mí me salva de muchas ocasiones en las que no sé qué comer. Porque se puede hacer de mil o dos mil maneras, y la variedad ayuda a no hartarse. Hoy toca a la pseudo mejicana.

Esto salió de mis días en Valladolid, tras cenar una noche en un mejicano, querer repetir en casa y constatar que los packs de fajitas cobran mucho para lo que llevan dentro. Vamos a ello.

Ingredientes:
- Pechugas de pollo en filetes.
- Pimiento verde. (uno pequeño)
- Cebolla. (una mediana)
- Cayena. (un par de ellas)
- Pimienta negra en polvo.
- Pimentón dulce.
- Aceite.
- Sal.

Elaboración:

Cortamos el pimiento en rodajas finas. Ponemos una sartén al fuego (fuego medio, porque si no se nos achicharra el invento) y lo echamos, con el aceite.

Mientras comienza a freírse, cortamos la cebolla, en tiras. Cuando la tengamos cortada, la añadimos a la sartén, y lo dejamos con el pimiento cocinando hasta que ambas cosas estén hechas (para saber si lo están, prueba: si está muy duro le falta un rato).

Mientras estamos haciendo el pimiento y la cebolla, cortamos las pechugas en trocitos pequeños. Esos trocitos los salpimentamos, y cuando por fin estén hechos la cebolla y el pimiento, los añadiremos a la sartén.

Damos vueltas, vueltas, vueltas, hasta que los pedacitos de pollo estén prácticamente hechos, y añadimos el pimentón dulce y las cayenas. Seguimos dando vueltas vueltas vueltas hasta que esté todo del mismo color, y lo retiramos del fuego.

Ahora toca coger media barra de pan, abrirla como para bocadillo y meter el mejunje de pollo y cebolla dentro. Y comérselo. Y relamerse.

Espero que os haya gustado, porque a mí, a estas horas, se me cae la babilla pensándolo.

¡Hasta que nos leamos!

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