Hace un tiempo, mi gran amiga B. y yo llegamos a un trato: yo hacía pendientes y demás, y ella los vendía en su zapatería.
Aquí, la primera remesa que se llevó. No sé qué tal acogida tendrán, pero tengo mil o dos mil ideas más en el tintero, que irán saliendo dentro de poco... si se venden.
La verdad es que ando muy liada con las oposiciones, pero me gustaría que este proyecto saliera adelante. ¡Ah! Por si os interesa, la zapatería (tienen unos zapatos muy monos, y encima buenos) es Calzados Josmar, en Arévalo.
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