Este collar me encanta, me priva. Es plano, ligero, no molesta, tiene el largo adecuado para no enganchárseme con todo y encima quedó chulo.
El año pasado tuve que arreglar un collar a mi tía, haciéndole en fimo unas cuantas piezas. Las originales eran de porcelana, pintadas de rojo, pero después de cocido el Fimo no se notaba demasiada diferencia entre unas y otras. Era un collar que molaba muchísimo, de varias capas de hojas de una y otra forma, en rojo; un tanto exagerado, pero si tienes maña, combinable con casi todo.
La cosa es que me gustó hacer hojas, y me dije... ¡tendré que hacerme unas poquitas para mí! Y así salió esto.
A ver si en unos días, cuando acabe esta pesadilla, me pongo a full con el fimo, y no salgo de mi cuarto hasta que tenga un mogollón de cosas chulas, ponibles y originales.
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