¡Bienvenidos!

En este blog encontraréis desde sonetos hasta recetas. No esperéis encontrar una lógica en el orden de publicación de las entradas, porque no existe: este espacio está pensado para mantener la cordura entre hora de estudio y hora de estudio. Procuraré mantener las categorías bien definidas, por si venís buscando algo en concreto; no puedo prometer nada más.

Espero que el vistazo se os haga agradable.

Inés.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Soneto raro de diez minutos.

Nostalgia de aquello que no conozco,
que sólo he vislumbrado por rendijas
anhelo los collares y sortijas
que nunca he de encontrar, lo reconozco.

Más ganas de comerme el mundo entero
harían que estallase como un globo:
Ir por el bosque, asesinar al lobo,
ponerme las nubes como un sombrero.

Me has dado ganas de vivir mi vida
de conocer personas y lugares,
de no parar hasta encontrarlo todo,

saborear del todo la comida,
llorar a carcajás, reír a mares:
conseguiste tú sacarme del lodo.

martes, 13 de diciembre de 2011

Fallos de entendimiento

La gente es de un idiota que me asombra:
¿cómo, si no, explicar lo que me ocurre
cada vez que intento (que ya aburre)
entrar de su mente en la oscura sombra?

No sé si es que no hablamos un idioma
que nos lleve a un común entendimiento,
no sé si su mente tiene un cimiento
que se haya hecho débil por la carcoma.

Creo que no es difícil entenderme
cuando hablo con mesura y sin ambages
de temas, a veces, muy espinosos.

Y no puedo dejar de sorprenderme
de tu estúpida mente y de sus viajes:
o eres malo o eres muy costroso.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Bocetillos... sed benevolentes, que sólo son ideas

Lagarpija
Bruja en burbuja

Soneto séptimo: Ejercicio de Atención a la diversidad


El amor, enturbiado por las dudas
que un golem insensible ha sembrado
comienza a terminar, ya se ha acabado;
y no ha necesitado mucha ayuda.

Pierde el trabajo, la amada y la casa,
pues las desgracias nunca vienen solas:
de hiel y de amargura son las olas
que campan por su alma, todo pasa.

Desconfianza, pérfido veneno,
circulas por venas de enamorados
trocando el amor por resentimiento.

Y el abandono, que nunca fue bueno,
torna el pecho de Jack en desgarrado
almacén muerto de su sentimiento.

Digo yo, si a la profesora le ha valido una canción al piano como reflexión sobre dos capítulos de un libro, ¿por qué no habrá de valerla esto?

viernes, 11 de noviembre de 2011

Recuperando prosa que creí perdida...

Escrito el 25 de Mayo de 2010, en una mala época.


¿Nunca os ha pasado? Te pasas una noche entera durmiendo, y luego no puedes abrir los ojos. Vas como un zombi por la vida, sin ver lo que tienes delante de ti, sólo tinieblas, sombras, y formas tenues. Y de repente, se te ocurre hacer un esfuerzo, y tiras de tus párpados para que se abran: la luz te hace daño, te ciega, y el mero hecho de despegar las cortinas que todo te lo están velando es terriblemente doloroso.
Pero... ¡qué placer poder moverte sabiendo a lo que te atienes! ¡Qué dicha al distinguir los colores!
Lo malo es que a veces, las menos, por fortuna, al abrir los ojos te das cuenta de que todo es más negro de lo que parecía.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Colgado en Studium

Al más puro estilo Cyanide & Happiness, ahí está xD

jueves, 20 de octubre de 2011

miércoles, 19 de octubre de 2011

Soneto Sexto: a Cynthia

Llevamos año y pico caminando
por sendas de dolor y sufrimiento
con tal de adquirir el conocimiento
pa ser maestras y ¡fin!: enseñando.

Mañanas que han colmado de legañas
los ojos que, coqueta, te traes puestos;
riéndonos de aquellos, y de éstos,
mirando a los techos con sus arañas.

Nos queda mucha tela, y toda incierta:
¿cómo será el humor hoy de "la" Ana?
¿qué nos mandará hoy Javier Macaya?

Hay clase por la tarde, ya estoy muerta.
Sabes que al final te veré mañana,
y tocará tragarnos aún más tralla.

domingo, 16 de octubre de 2011

Soneto Quinto. El horror tétrico de las rayadas.


Los días se me pasan como en sueños,
las noches son tormentos de desvelo;
la almohada no brinda ningún consuelo
al eterno fruncido de mi ceño.
Me rondan por la mente mil problemas
a los que no sé encontrar soluciones;
mi cuerpo necesita vacaciones,
mi alma, dejar de tener dilemas.
Bucle infinito para urdir intrigas
como telas de araña que me atrapan,
dejándome entre estas cuatro paredes.
Mis sesos en el suelo, ya hechos migas,
se quedan cuando mi cráneo destapan
aquell@s que me han tendido sus redes.
4 de Octubre 2011.

sábado, 15 de octubre de 2011

Soneto Cuarto. La resaca.


¿Recuerdas lo de anoche, traicionera?
te perdiste, no pudiste ni encontrar
la decencia que tú siempre has de mostrar;
todo causa de una enorme borrachera.
La bruma, resacosa, te tortura;
no recuerdas cómo has llegado a casa,
no sabes ni quién eres ni qué pasa
ni quién te ha contagiado su locura.
Maldices el alcohol y los canutos,
tu nula voluntad y tu entusiasmo
pidiendo en cada bar cinco o seis copas.
Y mientras, van pasando los minutos,
y piensas no sin falta de sarcasmo
volver a repetir... con to'a la tropa.
4 de Febrero de 2011.

viernes, 14 de octubre de 2011

Soneto tercero.


Me gusta cuando veo la mañana
desde el cristal del tren, siendo viajera.
me gusta saborear toda la espera
que me devuelve a tierra segoviana.
Me gusta navegar entre recuerdos
de tiempos más libres y más perdidos.
Me encanta recrearme en los sonidos
que en mi cabeza guardo, y nunca pierdo.
Me gusta ver volar a las perdices,
comer tranquila en mesa de madera,
rasgar el silencio con mi guitarra.
Me gusta repensar rostros felices,
y dibujar una utopía entera,
beber con los colegas una jarra.

24 de enero de 2011

Soneto segundo. Respuesta a la crítica de Julián.


Me dices que soy una pesimista,
que no sabe de corazón ni rosas.
Qué quieres que le haga, son las cosas
que pasan cuando eres más realista.
No escribo de alegría ni de risas
ni príncipes azules ni princesas:
Sinceramente creo que son esas
las cosas que te cuentan pitonisas.
No escribo poesía para fiestas,
ni para compartir con los amigos,
tampoco para verte sonriendo.
Escribo poesías como éstas:
que piden cual si fueran un mendigo
que pare de seguirlas escribiendo.

23 de Enero

domingo, 9 de octubre de 2011

Soneto Primero. 19 de Enero de 2011


No metas ningún dedo en el enchufe
si no quieres morir por la corriente;
no quieras agradar al más demente,
por más que mire mal y que te bufe.
Ni metas tu cabeza en una soga
que agarra con codicia tu verdugo.
Ni quieras ofrecer a algún besugo
apoyo que no aprecia, y que le ahoga.
Evita a todo aquel que no te aprecie
más que por sumisión o por adorno.
Tú sabes que más vale tu persona.
Y sé ya tú por fin la que desprecie
al pobrecito idiota y su trastorno,
que de tal "no saber", se envalentona.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Creaciones no escritas

En fin... como muchos que me conocéis sabéis ya, tengo muuucho tiempo libre. Por tanto, me dedico a la música, a escribir, y a hacer bisutería, entre otras muchas cosas.

Aquí va una fotillo de mi último parto, hecho con arcilla y mucha paciencia. Es una copia de otros vistos en nopuedocreer, con la diferencia de que esos costaban 10$ más gastos de envío, y los míos me han salido bastante más baratos.



Si alguien quiere un par, que me ponga un comentario!!

miércoles, 22 de junio de 2011

Historia de una guitarra

Llevo meses arrinconada en una esquina del cuarto, cogiendo polvo. La verdad es que no tengo mucho que hacer... por eso me paso el día recordando.

lunes, 2 de mayo de 2011

Desgana

Tengo los ojos pegados de sueño, y parte de la cara hinchada. Es lo malo de fumar todo lo que fumo, que la circulación se acaba resintiendo.

Nos ha tocado salir a las ocho y cuarto de casa, mi madre tiene que trabajar y yo tengo que volver al médico, ese ser que se cree que sabe mucho, y no tiene ni zorra idea de qué pasa en mi sistema inmunitario. La misma idea que tiene él, la tengo yo: ninguna.

Hemos subido al coche, siguiendo un rastro de gotitas de gasoil que algún averiado ha ido dejando por la carretera. En la radio dicen que un pequeño comando estadounidense ha atacado la vivienda de Bin Laden, matándole. La niebla, conforme los kilómetros son devorados por el "cuatrocientoseis", se va cerrando mientras nos absorbe.
No sé porqué, pero me he horrorizado al escucharlo. Sé que era un terrorista, que era el causante de las muertes de miles de personas. Pero... ¿y el derecho a un juicio? Hubiera acabado muerto de todas formas, silla eléctrica, inyección o gaseado, pero aún así... estos americanos tienen una mentalidad un tanto maquiavélica, ¿el fin justifica los medios? ¿es lícito hacer así las cosas? y el honor y toda esa mierda... ¿para quién?
Ni un rayo de luz se cuela entre la espesa capa de niebla que cubre la carretera. Adaja parte acá es un algodón, un algodón que me desorienta, no sé ni por qué curva de la carretera (esa carretera que llevo 20 años recorriendo casi a diario) me llego. Quizá me desorienta del mismo modo que la noticia del asesinato del terrorista más buscado del mundo.
No sé,... todo esto me quita las ganas. La niebla absorbe todo, la luz, el eco, y mis ganas de moverme. Todo lo que tengo que hacer hoy da vueltas en mi cabeza, mientras seguimos carretera alante.
Hoy NO va a ser un día productivo.

domingo, 1 de mayo de 2011

El dedo en los labios

¿Habéis intentado alguna vez hinchar una botella de plástico soplando?

Así se sentía. Todos los argumentos que iba a soltar en contra de lo que acababa de oír, habían comenzado a agolparse en su garganta, en su boca y en sus pulmones. El aire del interior de su cuerpo comenzaba a hacerse incandescente, quemando cada célula de su aparato respiratorio. Y no podía soltarlo.
La presión de las palabras no dichas amenazaba con hacer estallar su cabeza. Su estómago, su corazón y sus intestinos estaban comprobando el daño que puede hacer algo tan simple, tan aparentemente inocuo como es el aire retenido, el silencio forzoso. No podía compartir sus ideas, había sido reducida a un simple objeto, como mucho a un animal entretenido en aquel cuarto. Al no poder soltar aire, no podía tomar oxígeno. La sangre comenzaba a agolparse en sus sienes, detrás de sus párpados; aumentando la presión hasta que sus arterias gritaban como descosidas por tal sufrimiento. Su corazón chirriaba de impotencia al no poder bobear oxígeno a los músculos, ni al cerebro. Su hígado fue desplazado hacia abajo, a cuenta de la hinchazón masiva de sus pulmones. Y todo aquello dolía.
Entonces, en un segundo, notó la liberación. Sus ojos salieron disparados de las órbitas, sus sesos salieron, líquidos, por sus oídos. Había muerto.
Y todo aquello, porque alguien le hizo callar con un dedo en los labios.

Sueño

Sé que estoy en la cama, rodeada de cojines rojos y azules que combinan con la bandera que tengo en el cabecero. Me he despertado en medio de un sueño, cosa que odio, porque me han cortado mi fantasía a la mitad... qué asco.

Enciendo el portátil, y, mientras carga, me enciendo un pitillo. Toso, como fumadora empedernida. Me gustaba el sueño. Estaba en un trastero, un trastero rarísimo; con un montón de armarios de un color beige que llegaban hasta el techo, y una moqueta naranja chillona de pelo largo, como las alfombras que venden para los baños en cualquier tienda de chinos. Creo que Mery me había mandado recoger algo de allí... porque sé que lo que allí había, al menos en parte, era suyo.
Me había llevado un amigo. Un gran amigo, al que hace meses que no veo, y que tengo muchísimas ganas de ver. Rebuscábamos en un armario y había mojito de Bacardí (no es coña), Cardhú, Baileys, y otras botellas, todas de alcohol pero de las que no recuerdo la marca. Cogíamos una botella, de una bebida dulzona, y nos sentábamos en una cama, con un edredón naranja chillón. La moqueta ahora era granate. Bebíamos, y jugábamos a las cartas, una mezcla de brisca y mus.
Y, de pronto, oíamos pasos. El chaval se acojonaba y se metía en el armario de las botellas, y yo me quedaba fuera. Y, bordeando un armario, aparecieron dos, tres, quizá cinco personas... o algo así. Eran algo más bajitos que yo, estilizados, con unos ojos enormes. Entre ellos (de los que ya apenas recuerdo la imagen) estaba una "chica" morena, pálida de piel, con los ojos negros ocupándole media cara. Llevaba una falda de cuadros rojos, y algo negro. No lo recuerdo bien.
Doy una calada al pitillo y sigo recordando.
Era un poco agresiva. Más bien, amenazante. Se acercó a mí y me preguntó un ¿qué haces aquí? que destilaba veneno. Yo, calmada, la respondí, quería coger unas sábanas (aah! eran sábanas!) de mi amiga Mery. La medio chica medio gnomo se reía. Me dijo que cogiera lo que necesitase, y, que si quería un ordenador, me lo vendía por un euro. Yo sonreí, feliz por la oportunidad; y entonces mi padre ha irrumpido en mi cuarto, despertándome.
¿No es extraño?

sábado, 30 de abril de 2011

Tiempo

A alguien, no sé a quién, he oído decir que el tiempo es un estafador gordo y calvo. Es una imagen que no se me va de la cabeza, un señor de dichas características, quizá con una barba blanca y canosa que juega con el reloj por el que se rigen nuestras vidas; que gusta de hacer que mis noches de sueño sean un suspiro, y mis noches en vela se conviertan en eternas, haciendo que mis ideas se enconen en la soledad del insomne.
Me imagino al maldito viejo, con una bata blanca sobre su camisa de cuadros rojos, con los botones a punto de perder su nexo de unión con la prenda por la tirantez de la panza. Es fácil verle riéndose, mezquino, mientras mira al mundo y juega con la manivela que sólo va hacia delante... aumenta su velocidad cuando prefiero que vaya más lento. El Señor Tiempo es un cabrón, no tiene otro nombre. El Señor Tiempo me está robando, a mí, a ti y a todos. Es un desgraciado que sabe hacer que las horas sean minutos cuando estamos con quien queremos, que los buenos momentos, sean tan fugaces que ni siquiera nos dé tiempo a darnos cuenta de lo buenos que son.
El Señor Tiempo sigue siendo un ladrón. Te roba los buenos momentos, y también su recuerdo. Aquella tarde que tan bien lo pasaste, ha quedado desdibujada, ni siquiera recuerdas quiénes estabais allí. La noche de hace un par de años, cuando llegaste a casa según amanecía... solo es una entrada más en tu diario, no sabes qué hiciste, no recuerdas las caras, los besos ni las caricias.
Además de eso, es un sádico. Disfruta haciéndote sufrir. Sabe que necesitas hacer algo, y gira la manivela más aprisa, para que no llegues a entregarlo en el plazo. Sabe que te aburres, que esperas con impaciencia el momento que, en "unos minutos" llegará... y todo lo detiene.
Ese viejo... creo que es su soledad, la soledad que da el poder absoluto, su única, fiel y peor compañera.

Negro y verde

Me dicen por ahí que el verde es el color de la esperanza, de la naturaleza, de la empatía y de la calma. Dicen, también,  que el negro es el color del vacío, de aquel que se esconde, del misterio y la elegancia, del infinito y la fuerza femenina.