¡Bienvenidos!

En este blog encontraréis desde sonetos hasta recetas. No esperéis encontrar una lógica en el orden de publicación de las entradas, porque no existe: este espacio está pensado para mantener la cordura entre hora de estudio y hora de estudio. Procuraré mantener las categorías bien definidas, por si venís buscando algo en concreto; no puedo prometer nada más.

Espero que el vistazo se os haga agradable.

Inés.

lunes, 27 de febrero de 2012

Comida de domingo

Resulta que ayer, por unas cosas y por otras, tuve que comer sola en casa. Tenía un hambre canino y no había sacado nada del congelador, así que no me las prometía muy felices a la mesa... y eran ya las dos y media y no podía esperar mucho más.
Rebuscando por le nevera, encontré un sobre de salmón ahumado, así que hice lo que os cuento ahora.

Ingredientes (para una persona):

- Una lata de atún en aceite
- Dos lonchas de salmón ahumado
- Seis gambas peladas (o más, pero es que me dio cosilla echar tantas para mí sola)
- Un huevo

Lo primero, abrimos la lata de atún y echamos el aceite que tiene en una sartén. La ponemos al fuego para que se caliente el aceite.
Una vez esté el aceite caliente, añadimos las gambas. Cuando veamos que comienzan a coger color, echamos las tiras de salmón y el atún, y revolvemos; hasta que veamos que las gambas están hechas.
Tras esto, añadimos el huevo. Revolvemos hasta que no quede nada gelatinoso (que da muchísimo asco si no), y lo retiramos del fuego.
¡Voilà! Ya tenemos la comida hecha. Yo no eché sal, porque el salmón estaba saladillo; y no la eché en falta. Seguro que hay formas de mejorar el revuelto, pero cuando el hambre aprieta, una no se para a pensar demasiado.

¿Opiniones?

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