¡Bienvenidos!

En este blog encontraréis desde sonetos hasta recetas. No esperéis encontrar una lógica en el orden de publicación de las entradas, porque no existe: este espacio está pensado para mantener la cordura entre hora de estudio y hora de estudio. Procuraré mantener las categorías bien definidas, por si venís buscando algo en concreto; no puedo prometer nada más.

Espero que el vistazo se os haga agradable.

Inés.

sábado, 11 de febrero de 2012

El pez

En su forma de ser estaba el luchar contra la corriente. Siempre. Costara lo que costase, cayera quien cayese, durase el suplicio lo que durase.
Odiaba el sabor de aquel agua salada que tan amargo le resultaba. Por eso seguía nadando. Cada centímetro avanzado era un golpe, un escupitajo, un insulto, una victoria contra el líquido elemento.
Hasta que pasó lo que pasó.
Aquel día, mientras nadaba, dio con un chorro de agua que no se parecía a aquello que odiaba, a aquello de lo que trataba de escapar. No sabía igual, no olía igual. Ni siquiera le provocaba esa ira, esa frustración.
Era el agua más dulce que había probado. No dulce sin sal, no dulce insípido. Dulce, azucarada.
Se dejó envolver por él. Se sumergió, dichoso, en él. Y se dejó llevar por la corriente, dichoso y feliz por haber encontrado aquella corriente extraña en medio de un mar del norte.

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